Laura esquivel: "somos también lo que sembramos"


Laura esquivel:

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LA GASTRONOMÍA NOS UNE La iniciativa de “Hermanando fogones” comenzó con un hermanamiento entre la Embajada de Perú y la de México. "Consiste precisamente en que intercambiamos


semillas”, dice Esquivel. “Yo les proporcioné las semillas de unos chiles de Oaxaca que no hay en Brasil y ellos me dieron las semillas de huacatay, que sembré y que se me dieron”. El


huacatay es una hierba aromática con una mezcla de sabor a albahaca, menta, limón y estragón, que crece en la costa, sierra y selva peruana. See more Salud y bienestar offers > Esquivel


está muy entusiasmada con el progreso del proyecto. "El huerto va a ir funcionando conforme vayamos entrando en contacto con cada una de las embajadas y nos vayan proporcionando las


semillas correspondientes (...) no tenemos semillas de todas las embajadas ni se pretende hacer un proyecto que se extienda a todas las representaciones diplomáticas. Va a ser en función de


nuestro deseo, de restablecer y entretejer relaciones a través de la gastronomía", asegura. Para la escritora, cuya novela _Como agua para chocolate_ inspiró un ballet estrenado en


Estados Unidos a principios del 2023, bajo la coproducción del _American Ballet Theatre_ y _The Royal Ballet_ de Londres, la mujer a lo largo de las décadas ha tenido que enfrentar el dilema


entre el balance de las tareas del hogar con las profesionales. “Las mujeres nos incorporamos a un sistema, a un modelo, con la mejor intención, pero dejando atrás, radicalmente, el espacio


de la cocina”, dice. “Era importante lo otro. Allí no pasaba nada y allí no ganabas dinero ni reconocimiento público. Teníamos que salir a obtener un título que dijera que somos


inteligentes y teníamos que demostrar que podíamos hacer lo mismo que los hombres. “Por supuesto que podemos hacer lo mismo”, continúa. “Pero no debemos hacer lo mismo porque la idea de


progreso, de desarrollo, lo que se entendió como progreso y desarrollo, se ha traducido en la destrucción ecológica, se ha traducido en un deterioro de la calidad de vida, se ha traducido en


destrucción familiar, en destrucción social", reafirma. Laura Esquivel en la preparación de un plato típico en el patio de la misión diplomática de México en Brasil. Cortesía Laura


Esquivel Sin embargo, ella vislumbra un cambio positivo. Cuando _Como agua para chocolate_ fue publicada en 1989 desató una conversación sobre si la novela era o no feminista. En su momento,


Esquivel explicó que lo que ella había hecho era revalorar el papel de la mujer en ese espacio “sagrado” de la familia. En la actualidad, el espacio doméstico se ha expandido para


incorporar a la pareja y es ahí donde Esquivel deposita sus esperanzas. "El verdadero cambio va a surgir de una pareja consciente, de comunidades que trabajen y que creen comunidades


sustentables".