Calorías invisibles en la comida rápida o congelada


Calorías invisibles en la comida rápida o congelada

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Facebook Twitter LinkedIn Consejos claves para la dieta


Unos cuantos cambios sencillos pueden tener un impacto enorme en el consumo de calorías.

Reconsidere comer en restaurantes. Lleve su almuerzo al trabajo, planifique las reuniones para


evitar la comida e invite a sus amistades a comer en casa. Sáquele el jugo calórico a su dinero. Debe centrar su dieta en el consumo de los alimentos de alta nutrición, tales como las


frutas, los vegetales, las nueces, semillas y la proteína sin grasa. Limite las calorías líquidas. Los refrescos azucarados y las bebidas alcohólicas pueden ser enormes fuentes de calorías.


Planifique su plato. Mentalmente, divida el plato a la mitad, llene una mitad con frutas y vegetales, una cuarta parte con alimentos integrales o de tipo fécula, y la parte restante con


proteína sin grasa. Muchas personas subestiman la cantidad que consumen, por eso debe probar servirse en un plato más pequeño.


Si está contando calorías, no confíe mucho en el recuento de calorías indicado en la etiqueta de la comida envasada o el sitio de internet de su restaurante favorito. Según un estudio


realizado recientemente por Tufts University, esos datos pueden ser imprecisos o bastante imprecisos. Es un resultado problemático, dado que las nuevas leyes de salud que entran en vigor el


año entrante le exige a un amplio número de restaurantes y empresas publicar el valor calórico de las comidas que venden.


Por lo general, quedaron sin declarar un promedio de 18% de las calorías de los platos servidos en los restaurantes de comida rápida, y un promedio de 8% de las calorías de las comidas


envasadas  —aunque según el estudio, un 21, 28 y hasta un 200% de las calorías de algunas otras comidas, incluso las comidas de dieta, quedaron sin declarar—.


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Pero antes de enfadarse con las compañías, considere: según el gobierno federal, un margen de error de hasta un 20% es admisible bajo la legislación vigente para el rótulo nutricional. Por


ejemplo, una comida de dieta congelada de 200 calorías puede en realidad tener 240 calorías —una diferencia quizás insignificante, pero en definitiva una cantidad que puede sabotear sus


esfuerzos para perder o hasta mantener su peso si come comida congelada varias veces por semana—.


Las calorías invisibles se suman


Susan Roberts, profesora de nutrición de Tufts University e investigadora principal del estudio, afirma que estas “calorías invisibles” representan un verdadero problema para las personas


mayores de 50 años que vigilan su peso. “Comer un 10% de calorías de más de lo que se piensa estar comiendo representa un aumento de 10 a 20 libras por año”.


De hecho, Roberts ideó el estudio cuando no podía bajar de peso mientras investigaba su propio libro para perder peso, The Instinct Diet (La dieta del instinto). Las dos trayectorias de


menús que presenta el libro permiten a los que están a dieta elegir entre comer en casa o comer la comida envasada o de restaurante. Roberts perdió peso al seguir la trayectoria de comer en


casa, pero cuando seguía la de comer fuera, dice “Dejé de perder peso por completo”. Sospechosa de los recuentos de calorías declarados de las comidas preparadas que comía, decidió ponerlos


a prueba en el Tufts' Energy Metabolism Laboratory (Laboratorio de Metabolismo Energético de Tufts University).


No puede contar con los recuentos de calorías


Roberts y su equipo investigador encontraron aproximadamente un 18% de más calorías que las declaradas en las comidas servidas por 29 restaurantes tradicionales o de comida rápida, y también


un promedio de un 8% de más calorías que las declaradas en 10 comidas congeladas compradas en los supermercados. Algunos de los platos de los restaurantes tenían hasta el doble de las


calorías declaradas —otras comidas tenían menos calorías que las declaradas—.


Muchas de las comidas se promocionaban como comidas de dieta. Los investigadores encontraron que los camarones con pasta fina de Lean Cuisine, por ejemplo, tenían un 28% de más calorías que


las declaradas en el etiquetado del envase, mientras que el pollo en salsa de limón y hierbas de Weight Watchers tenía un 21% de más calorías que las declaradas. La de mayor abundancia en


calorías: la sémola de maíz con mantequilla de Denny's, que según el estudio empacaba un desproporcionado 200% de más calorías que las declaradas.


¿Cómo calculan las calorías?