Sabiduría de wall street no tan sabia


Sabiduría de wall street no tan sabia

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En el mundo de las finanzas, como en la vida, a veces nos aferramos a creencias que simplemente no son ciertas. Si bien estas creencias falsas podrían parecer obviamente ciertas, pueden


terminar por costarnos muchísimo. Examinemos algunas de las creencias erróneas generalmente aceptadas y por qué resultan tan costosas. 1. LAS PERSONAS QUE SE SIENTEN BIEN CON SUS FINANZAS


PARA LA JUBILACIÓN HAN AHORRADO MÁS QUE OTRAS.  Eso parece bastante evidente, pero he descubierto que lo contrario es cierto. Quienes no han ahorrado mucho me han pedido que confirme que


pueden jubilarse pronto. Y otras que han ahorrado más que suficiente me han dicho que nunca podrán jubilarse.  Los optimistas nunca aprendieron a diferir los gastos y sienten que las cosas


se resolverán solas, por lo que no tienen suficiente dinero para jubilarse. Los pesimistas (como yo) tienen miedo de terminar viviendo bajo un puente y el ahorrar les da alegría y consuelo.


Tienen el dinero para jubilarse, pero no lo hacen.  2. COMPRAR COSAS TE HACE FELIZ.  ¿Tu vecino acaba de comprar ese costoso auto de lujo que has estado anhelando? No seas envidioso. Ese


auto nuevo puede hacerlo feliz durante las primeras semanas, pero la alegría comenzará a disminuir una vez que lleguen las facturas del seguro y del registro, o que note la primera


abolladura en una de las puertas. Libérate del atractivo de los objetos brillantes. Deja de seguirles el ritmo a tus vecinos y acumular cosas. En vez de eso, considera gastar ese dinero en


experiencias que creen recuerdos invaluables, como un viaje con los nietos. Las investigaciones indican que es mucho más probable que esas experiencias te traigan felicidad duradera.  3.


DIVULGAR LOS CONFLICTOS DE INTERESES PROTEGE AL PÚBLICO.  Resulta que hacer que los asesores financieros revelen que no están obligados a actuar de acuerdo con los intereses de sus clientes


quizá no sea algo bueno, según una investigación sobre la “licencia moral” (en inglés) dirigida por George Loewenstein de la Universidad de Carnegie Mellon.  Loewenstein demostró que revelar


un conflicto de intereses puede socavar la motivación de un asesor financiero para cumplir con los estándares profesionales. La investigación experimental sugiere que después de participar


en una actividad moral (por ejemplo, revelar un posible conflicto de intereses), las personas sienten que tienen “licencia” para actuar inmoralmente en interacciones posteriores.


Irónicamente, el consumidor también puede terminar confiando más en el asesor, ya que fue lo suficientemente honesto como para hacer tal divulgación.