Helen mirren, entrevista con la actriz de hollywood
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Desde el principio, escogió su propio camino, sin mucho drama. "Escogí la carrera que quise", dijo, "y la fama y la fortuna no tuvieron nada que ver. Desde el principio fui
una actriz exitosa, pero no era famosa porque los trabajos que hacía eran bastante esotéricos". Algunos de los papeles que interpretó en varias de las películas durante la década de los
80 fueron un tanto atrevidos y crudos, entre ellos _Caligula (Calígula)_, _Excalibur_ y _The Cook, the Thief, His Wife & Her Lover (El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante)_.
Mirren ha tenido, y tiene, una afición por mostrarlo todo (y recientemente lo hizo en la película del 2003 _Calendar Girls (Las chicas del calendario)_) —pero admite que "escasamente le
averguenza" hacerlo—. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento offers > La actuación que la llevó al estrellato, a los 46
años, fue cuando interpretó a la detective y principal inspectora Jane Tennison en la serie _Prime Suspect (Una mujer de acero)_, la cual le ganó el favor del público y la crítica durante
1991-2006 y por la cual ganó dos Emmys y la nominaron para seis. Al igual que Tennison, Mirren pospuso el matrimonio y los hijos durante gran parte de su carrera. "Nunca sentí la
necesidad de tener hijos ni la pérdida de ellos", dijo. "Mi trabajo es primero que cualquier otra cosa". Ha tenido varias relaciones largas, incluso a principio de los 80
convivió con Liam Neeson, pero Mirren insiste en que nunca deseó casarse, o como ella le llama "el encarcelamiento voluntario". Un final feliz para Mirren y su esposo Taylor
Hackford. Su perspectiva comenzó a cambiar en 1984, cuando conoció a Hackford en una audición en Los Ángeles para _White Nights (Noches de sol)_, la cual Hackford dirigía. Él llegó 20
minutos tarde y Mirren se ofendió. Pronto comenzaron a vivir juntos en Hollywood Hills. "Ambos éramos exitosos, habíamos viajado el mundo y teníamos experiencia en la vida", dice
Hackford. Hace 16 años se casaron en un castillo que rentaron en Inverness, Escocia. (Hackford, de 73 años, es estadounidense, pero de ascendencia escocesa). Él usó una falda escocesa y ella
un vestido que estaba en liquidación con un 70% de descuento. Los castillos se convertirían en su pasatiempo: cuando Mirren y Hackford compraron la propiedad medieval italiana conocida como
Masseria Matine, tenía hasta torres, pero ni techo, ni agua, ni electricidad. Restaurarla ha sido "una pesadilla compartida", dice Hackford. "Helen fue la responsable de que
lo lográramos. Cuando pensé 'Ay, deberíamos venderla y salir de aquí', Helen dijo, '¿Bromeas? Me encanta este lugar'". Lo mejor ha sido compartir esta experiencia
con ella". Es evidente que Mirren y Hackford, quien tiene dos hijos adultos de un matrimonio previo, tienen una relación sólida y amorosa, como un estudio de pesos y contrapesos.
"A veces tengo estas ideas locas y Helen me trae a la realidad", dice Hackford, "o cuando Helen está inmersa en su trabajo, le digo 'cariño, vamos a cenar'".
Mirren dice que tiene suerte de haber encontrado el amor a su edad. "Solía decirle a Taylor, 'Ay, ¿por qué no nos pudimos conocer antes? Pero fue mejor así, porque probablemente ya
no estaríamos juntos. No lo hubiera soportado antes. Hubiese sido mucho más difícil soportarlo. Él ya de por sí era bastante difícil, pero ya lo superé". Mirren no le da mucha
importancia al hecho de que todavía a los casi 70 años la consideren un símbolo sexual. "Ay, ellos están equivocados", dice, y añade que la atracción sexual "es algo que con
la edad se torna más irrelevante, y así es mejor. Según envejecemos todo cambia y tenemos que agradecerlo, ¿no crees?" Pero a su esposo no le molesta hablar de su gran atractivo.
"Tiene que ver con su forma de pensar", dice Hackford. "Helen sabe quién es ella por naturaleza y tiene una confianza y honestidad innata. Le gusta salirse de su zona cómoda.
Lo que la hace ser sexy es su forma de ser, en lugar de su apariencia, aunque la verdad es que ella es hermosa". Mirren no es fanática de la autocontemplación, ni tan siquiera su
estatua de cera en el Madame Toussads le provocó esto. "De verdad que me veía fabulosa", dijo "Parecía tan real. El trabajo que hicieron estuvo increíble. Si eres capaz de
posar y dedicarles tiempo, lo cual hice, de verdad que son genios". Y, a pesar de que dice vivir en el presente, en ocasiones piensa acerca de su legado. Con seriedad y serenidad
confiesa, "Quisiera que me recordaran como una persona productiva y que nunca hizo daño. Ciertamente, también me gustaría que me recordaran como una gran artista, porque esa ha sido mi
motivación principal. También como una persona agradable —aunque estoy segura que muchas personas no piensan que soy agradable—.