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MASKOT/GETTY Facebook Twitter LinkedIn En este artículo Hazte las preguntas • Ética • Edúcate • Descubran juntos • ¿Reglas de la escuela? • No hagas trampa • Aprende cuestionándote • Sé

cortés • Aprende habilidades laborales

Hace aproximadamente un año, mi hijo adolescente, Samuel, preguntó si sería apropiado permitir que ChatGPT editara su ensayo de la escuela secundaria.

Sam señaló inmediatamente que no quería que el chatbot de inteligencia artificial (IA) le escribiera la tarea. Lo que buscaba era que el bot mejorara lo que él había escrito.

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Mi primera inclinación fue decir que no, pero la pregunta me hizo pensar: ¿había alguna diferencia entre eso y pedirme a mí que revisara su trabajo y le diera algunas sugerencias, algo que

hacen muchos padres? ¿Era diferente a usar un corrector de ortografía o de gramática?

Estas preguntas evocan los debates de décadas atrás sobre el uso de las calculadoras para las tareas de matemáticas. En la actualidad, las calculadoras —e incluso las hojas de cálculo— se

utilizan ampliamente en los salones de clase.

Se pueden ver situaciones paralelas con los chatbots de IA generativa que han llegado a velocidades vertiginosas en el último año y medio, en particular ChatGPT de OpenAI, Claude de

Anthropic, Gemini de Google (anteriormente Bard) y el renovado Microsoft Bing con Copilot. Esas herramientas superpoderosas pueden generar palabras y a veces imágenes de la nada basándose en

las instrucciones que reciben. Y entre las cosas que generan se cuentan ensayos escolares que, en general, son satisfactorios.

¿En qué momento el permitir que un niño o un joven recurra demasiado a la tecnología de vanguardia se convierte en un engaño? ¿Qué deben decirles los padres y los abuelos a los jóvenes sobre

el uso aceptable de la IA?

La inteligencia artificial es, ciertamente, un tema de conversación, pero las respuestas definitivas son difíciles de encontrar. Los adultos están tratando de comprender el impacto que los

bots de IA generativa tendrán en la sociedad, y los desafíos éticos y legales que conllevan.

Los adolescentes también están confundidos.

Aproximadamente una quinta parte de los adolescentes en el país que conocen ChatGPT y casi una cuarta parte de los estudiantes de 11.º y 12.º grado dicen que han utilizado la IA para

ayudarse en sus tareas escolares, según una encuesta de otoño del 2023 del Pew Research Center (en inglés), una organización no partidista con sede en Washington.

Aproximadamente 7 de cada 10 personas dicen que trabajar con ChatGPT para investigar algo nuevo es aceptable, en comparación con el 13% que rechazan la idea y el 18% que no están seguros.

Los estudiantes y las generaciones mayores enfrentan las mismas preocupaciones:

suponiendo que puedan identificarse, están parcializadas?¿Tenemos derecho a usar lo que genera la inteligencia artificial en las tareas escolares o en el trabajo?¿Se incluyen las citas o los

créditos correspondientes?

Jack Krawczyk de Google, que supervisa lo que ahora es Gemini, enfatiza que las indicaciones de IA difieren de las consultas de búsqueda. En términos simples, la IA generativa busca pautas

comunes de lenguaje —no hechos— en vastos depósitos de datos conocidos como grandes modelos de lenguaje, o LLM.

"Lo que esta tecnología hace en forma tan fundamentalmente diferente a todo lo demás —y, creo yo, el motivo por el que nos da problemas— es que estamos muy acostumbrados a que las

computadoras nos den respuestas”, dice Krawczyk. “Y las herramientas como Bard (Gemini) nos dan posibilidades”.