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Si tuviste una buena experiencia dentro del sistema de atención de salud, es probable que haya tenido que ver con un enfermero. Celebramos la Semana Nacional del Personal de Enfermería (en

inglés; del 6 al 12 de mayo) para reconocer a los enfermeros por la increíble atención que ofrecen, pero también para destacar su creciente papel en la prestación de cuidados y la necesidad

de ampliar las redes que atraen enfermeros y aumentar su ingreso al sistema. El personal de enfermería conforma la mayor parte de la fuerza laboral de atención de salud. Son su vanguardia y

su columna vertebral. En la encuesta anual realizada por Gallup, constantemente se encuentran entre los profesionales más confiables, y su honestidad y estándares éticos se califican más

alto aún que los del clero, los médicos y los agentes de policía. Los enfermeros pasan más tiempo con los pacientes que ningún otro profesional de la salud, y tienen perspectivas únicas

sobre la interacción entre los factores que afectan su cuidado. Contribuyen una voz y punto de vista importantes a los debates sobre administración y política. Se encuentran en la posición

perfecta para potenciar a las familias para desempeñar el papel del cuidador, y son sólidos defensores de los pacientes. Los enfermeros pueden aportar enormemente para mejorar la calidad,

seguridad, acceso y valor del cuidado de la salud. Pero muy a menudo no se les da la oportunidad. ¿Quién tiene la culpa? Los viejos hábitos. Los viejos prejuicios. Los senderos bloqueados.

Todos estos son obstáculos enormes. Históricamente, se ha dejado al personal de enfermería por fuera de la mayoría de los debates sobre política, y pocos han participado en la toma de las

grandes decisiones sobre la atención de salud. A menudo se les impide ejercer la medicina utilizando plenamente su capacitación y habilidades. No muchos enfermeros forman parte de las juntas

directivas de los hospitales. Además, cada vez hay menos de ellos (en inglés). La Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. calcula que para el 2018, el país necesitará enfermeros para

ocupar 581,500 puestos nuevos y tendrá que llenar cientos de miles de puestos que quedarán vacantes a medida que los enfermeros con experiencia abandonen la profesión.