5 mitos sobre el sistema de salud de Canadá
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Los sistemas de salud de EE.UU. y Canadá difieren, y pueden existir muchos mitos sobre sus ventajas y desventajas. Getty Images Facebook Twitter LinkedIn
¿Cómo se comparan entre sí los sistemas de salud de EE. UU. y de Canadá? Probablemente hayas escuchado historias de horror supuestamente ciertas sobre el sistema canadiense como, por
ejemplo, que hay que esperar 340 días para una operación de reemplazo de rodilla.
Para separar la realidad de la ficción, Aaron E. Carroll, M.D., director del Center for Health Policy and Professionalism Research (CHPPR, Centro de investigación de políticas de salud y
profesionalismo) de Indianápolis, identificó los principales mitos acerca de ambos sistemas.
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Mito N.° 1: Los canadienses acuden en manadas a Estados Unidos para recibir atención médica.
¿Cuántas veces escuchaste que los canadienses, frustrados por las largas esperas y el racionamiento existentes en su país, vienen a Estados Unidos para recibir atención médica?
No niego que algunas personas adineradas puedan venir a Estados Unidos por este motivo. Si necesitara un trasplante de corazón o de pulmón, no se me ocurriría un mejor lugar para hacérmelo,
pero no es lo que hace la gran mayoría de la gente.
El estudio más exhaustivo que he visto sobre este tema —que usó tres metodologías diferentes, todas ellas con sólidos fundamentos— apareció en la revista Health Affairs (en inglés),
publicación en que los trabajos son evaluados por especialistas.
Fuente: “Phantoms in the Snow: Canadians’ Use of Health Care Services in the United States”, Health Affairs, mayo 2002.
Los autores del estudio comenzaron sondeando 136 centros de atención ambulatoria próximos a la frontera entre EE. UU. y Canadá, en Michigan, Nueva York y Washington. Lo sensato sería que los
canadienses que cruzaran la frontera para atenderse fueran a centros cercanos, ¿correcto? Resulta, sin embargo, que alrededor del 80 % de esos centros recibieron, en promedio, la visita de
menos de un canadiense por mes; en tanto un 40 % no atendió a ningún canadiense el último año.
Entonces, los investigadores analizaron cuántos canadienses fueron dados de alta de hospitales de cuidados agudos en esos mismos tres estados en un período de cinco años. Hallaron que más
del 80 % de las visitas fueron por emergencias o urgencias (es decir, turistas que tuvieron que ir a la sala de emergencias). Solo alrededor del 20 % de esas visitas fueron por cuestiones o
tratamientos programados, no urgentes.
Luego, los autores del estudio sondearon los 20 “mejores” hospitales de Estados Unidos —tal como los identificó U.S. News & World Report—, asumiendo que si los canadienses iban a viajar para
atenderse, era más probable que recurrieran a los centros de mayor renombre y que ofrecieran la atención de más alta calidad. Solo uno de los 11 hospitales que respondieron recibió a más de
60 canadienses en un año. Y, una vez más, esa cifra incluía tanto emergencias como visitas programadas.
Por último, los autores del estudio analizaron información referente a 18.000 canadienses que participaron de la encuesta National Population Health Survey. En los años anteriores, 90 de
esos 18.000 canadienses había recibido atención en Estados Unidos; sin embargo, solo 20 de ellos dijeron haber ido a Estados Unidos con ese propósito.
Mito N.° 2: Los médicos canadienses acuden en manadas a Estados Unidos para ejercer.
Cada vez que hablo de políticas de salud con médicos, alguno, inevitablemente, me cuenta sobre el colega que él o ella saben que huyó de Canadá para ejercer en Estados Unidos. Evidentemente,
hay una percepción general de que ejercer la medicina en Estados Unidos es mucho más satisfactorio que hacerlo en Canadá.
El Canadian Institute for Health Information ha estado haciendo el seguimiento de los destinos de los médicos desde 1992. Desde entonces, entre el 60 % y el 70 % de los profesionales de
salud que emigraron se han dirigido al sur de la frontera. A mediados de la década de 1990, el número de médicos canadienses que se iban a Estados Unidos llegó a los 400-500 por año. Pero en
los últimos años, esa cifra ha bajado: solo 169 médicos se fueron a EE. UU. en el 2003; 138 en el 2004; 122 en el 2005 y la misma cantidad en el 2006. Estas cifras representan menos del 0,5
% de los médicos que trabajan en Canadá.
De modo que cuando la emigración “alcanzó su pico máximo”, se iban entre 400 y 500 médicos de Canadá a Estados Unidos. En este momento hay más de 800.000 médicos en Estados Unidos, por lo
que me cuesta creer que cada uno de ellos conozca a alguno de esos que emigraron de Canadá.
En el 2004, la emigración neta se convirtió en inmigración. Permítanme repetir eso: eran más los médicos que se mudaban a Canadá que los que abandonaban ese país.