Consejos para dividir bienes y propiedad entre hermanos
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Como miembro de una familia mixta, Sheryl Richter tenía hermanos y medios hermanos cuyas edades conformaban un abanico de 22 años, así como algunas exmadrastras. Su padre había prosperado en
la vida, y su lema siempre fue "una sola familia". Cuando enfermó, con ya más de ochenta años, empezó a plantearse quién podría administrar mejor su patrimonio. Cada semana
cambiaba de opinión y nombraba un albacea distinto. "Esa se convirtió en su última acción como patriarca y en una manera de ejercer control", dice Richter, quien en última
instancia asumió un rol de liderazgo en el logro de un acuerdo. "Estaba en juego una cantidad importante de dinero", explica Richter, "y hubiera sido fácil que todos
acabáramos enfrentados unos con otros. Afortunadamente, al iniciar el proceso afirmamos nuestro compromiso de permanecer unidos como familia. Las opiniones de cónyuges y excónyuges
definitivamente complicaron las cosas, pero al final todos nos pusimos de acuerdo en adherirnos a las reglas". Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de
Paramount+ See more Entretenimiento offers > Incluso en situaciones relativamente poco conflictivas, los familiares políticos a menudo se consideran un elemento problemático. "Los
cónyuges cambian la ecuación cuando se trata de asuntos patrimoniales y fideicomisos, especialmente si quieren influir secretamente en las decisiones", indica Hausner. "Si has
mantenido conversaciones claras sobre el plan, es más difícil que alguien intente arrebatar algo. Por lo general, los cónyuges deben abstenerse de interferir a menos que esté sucediendo algo
realmente horrible". Está claro que el proceso de distribuir un patrimonio es más sencillo si los padres disponen de suficiente dinero para mantenerse a sí mismos. Es cuando los hijos
mantienen a los padres de manera desigual que pueden surgir graves tensiones en relación con las decisiones patrimoniales. CUANDO HAY DESACUERDO Jonathan Moran, residente de Washington,
D.C., tiene formación médica, así que la tarea de cuidar a su madre anciana recayó en él. Tres años antes de que ella muriera, las exigencias de su demencia avanzada lo obligaron a
internarla en un hogar de ancianos. "Cuando ella dejó de vivir conmigo, mis hermanos me acusaran constantemente de quitarle su dinero y de no mantenerlos informados de su estado",
dice. "Al final las cosas empeoraron tanto que les dije que hablaran directamente con el centro. Yo había ayudado a mantener a mi madre y cuando ella murió endeudada, ellos me acusaron
de robo. El dinero y los bienes materiales pueden definitivamente revelar el lado más feo de las personas. Ahora apenas hablo con ellos". "No esperes demasiado tiempo para hablar
sobre temas importantes", recomienda Hausner. "A medida que envejecemos, tenemos que expresar con gran claridad nuestros deseos mientras aún conservamos la lucidez. Así, cuando
llegue el momento, ningún hijo podrá decir: ‘Mamá o papá hubiera querido eso’. Pero todo se complica cuando empiezas a compartir bienes y entran en juego otros factores". Ella sugiere
pensar en la familia como si fuera un negocio, es decir, establecer un orden y unas reglas. "De esta manera es más sencillo y fácil para todos". DIVISIÓN EQUITATIVA DE BIENES En lo
que respecta al patrimonio, todo debe ser totalmente equitativo; de lo contrario sembramos las semillas de un "cáncer psicológico", explica Hausner. "A menos que exista una
buena razón por la que el plan patrimonial no deba ser equitativo, creas la posibilidad de que tu familia caiga en el caos cuando mueran los padres. La situación puede fácilmente degenerar
hasta el punto de que alguien diga algo como ‘Mamá te quería más que a mí’". Ella sugiere que los padres hagan regalos a sus hijos a lo largo de la vida. "Al regalar no es
absolutamente necesario que todo sea parejo. Los padres pueden pagar cosas como gastos de educación o viajes familiares y pueden buscar una manera de equilibrar las cosas si un hermano
enfrenta dificultades y el otro disfruta de una buena posición económica. Pero al morir, es importante que todo sea equitativo porque no estarás allí para razonar con ellos". La única
excepción a la regla de la división equitativa es si un familiar tiene una discapacidad física o mental. Y Hausner advierte que esta excepción no debe incluir el abuso de sustancias o la
adicción, ya que un hijo con ese problema seguramente ya habrá usado recursos.