Cómo conservar la intimidad cuando te conviertes en cuidador de tu pareja
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Cuando la pareja se enferma, la sexualidad puede servir como una manera de comunicación no verbal importante. Thanasis Zovoilis Facebook Twitter LinkedIn
A veces las parejas descuidan el aspecto íntimo de la relación cuando uno de los dos se convierte en el cuidador del otro. Mantener el romance es un reto —esa conexión sexual, sensual o
emocional tan importante— cuando uno está distraído con las tareas de cuidado y el otro enfrenta problemas de salud.
Una de las preocupaciones de los cuidadores es que las muestras físicas de afecto puedan lastimar al ser querido o que él (o ella) no esté de ánimo para besos ni caricias, ni mucho menos
para relaciones sexuales, dice Carly O'Brien, coordinadora del programa de cuidadores de la organización sin fines de lucro CancerCare. "Muchos cuidadores se sienten culpables de solo pensar
en la intimidad en vista de todo lo que está ocurriendo con su pareja". La demencia pone de relieve temas particularmente delicados en cuanto a la sexualidad.
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Sin embargo, dedicarle un tiempo a la intimidad puede ser invaluable para ambos, especialmente cuando enfrentan una crisis de salud o cuando tienen que lidiar con una enfermedad crónica. A
continuación, presentamos unos cuantos consejos:
1. Hablen abiertamente. Es natural que quieran evitar temas incómodos o íntimos, pero trata de superar tu incomodidad y sé honesto con tu pareja en cuanto a tus necesidades y deseos, y de
cómo afecta a ambos el cuidado del otro. Este tipo de conversación "es fundamental para preservar la intimidad", dice O'Brien.
2. Considera hablar con un psicólogo o trabajador social. Esto puede resultar muy útil cuando quieres trabajar con tus sentimientos sin temor a que te juzguen o cuando aún no estás seguro de
cómo abordar el tema con tu ser querido. "Puedes planificar diferentes maneras para comunicarte", dice O'Brien. Los grupos de apoyo para cuidadores pueden ser además un buen lugar para
ventilar tus frustraciones y sentirte menos solo. Con toda probabilidad encontrarás muchas otras personas que comparten tus preocupaciones.
3. Maneja tus expectativas. Entiende que la fatiga, los efectos secundarios y —en especial cuando se trata de cáncer o de otros padecimientos médicos graves o tratamientos— la pérdida de
apetito sexual son reales. Puede que tu vida sexual no sea como antes, pero eso no significa que deba desaparecer, dice O'Brien. "En ocasiones restamos valor a cosas como abrazar o agarrarse
de manos, decir 'te quiero' o decirle cuán hermosa se ve esa persona en un momento determinado —esos son los verdaderos pilares de la intimidad—".