Fuera de control covid-19 en hogares de ancianos


Fuera de control covid-19 en hogares de ancianos

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Por otra parte, las deficiencias en la dotación de personal también contribuyen al control inadecuado de infecciones, según señala Charlene Harrington, profesora emérita e investigadora de


temas relacionados con los hogares de ancianos en University of California, San Francisco. "Al no contar con suficiente personal, los trabajadores se ven apresurados para pasar de un


paciente a otro —dándoles de comer, llevándolos al baño, lo básico—", dice Harrington, "y las medidas como lavarse las manos quedan en el olvido".  Ante el contagio de tantos


empleados, hay más trabajadores temporales que entran a los hogares de ancianos. "Si los empleados no conocen a los residentes, ni conocen las rutinas y los procedimientos del centro,


el control de infecciones puede verse gravemente afectado", dice Harrington. LAS VACUNAS LLEGAN A PASO LENTO  Si bien casi todos los estados, siguiendo las pautas de los CDC, han


priorizado la vacunación de los residentes y empleados de hogares de ancianos, esta labor se ha visto retrasada por la lenta distribución de las dosis y la participación deficiente por parte


del personal, así como por problemas en el programa federal encargado de administrar la vacuna en los centros de cuidados a largo plazo en Estados Unidos. "Aunque la vacuna contra la


COVID-19 representa una gran esperanza para todos, es indignante que los más vulnerables no puedan recibirla en la práctica", dice Ryan, de AARP. No será hasta bien entrado el mes de


febrero cuando los residentes y empleados de los hogares de ancianos estén vacunados contra el virus, dice Sondra Norder, presidenta y directora ejecutiva de St. Paul Elder Services en


Wisconsin. Para los residentes y empleados de los centros de vida asistida, esa fecha está aún más lejana.  “Es necesario que la gente entienda la gravedad del riesgo a que siguen expuestos


los centros como los nuestros, sobre todo ahora que los casos van en aumento en todo el país”, dice Norder. En fechas recientes se ha informado de más de 250,000 nuevos casos (enlace en


inglés) y unas 4,000 muertes (o más) en Estados Unidos, cifras sin precedentes en lo que va de la pandemia. "Si bien hay luz al final del túnel, para nosotros las luces siguen siendo


rojas e intermitentes". El análisis estuvo a cargo del Instituto de Política Pública de AARP (enlace en inglés) y del Scripps Gerontology Center de Miami University en Ohio (enlace en


inglés), y se basa principalmente en datos del Nursing Home COVID-19 Public File de los Centros de Servicios de Medicare y Medicare (CMS) (enlace en inglés). Los hogares de ancianos son


certificados por el Gobierno federal y están obligados a presentar informes al Gobierno semanalmente. En el análisis se agrupan los datos de acuerdo con los períodos informativos siguientes:


del 1 al 28 de junio, del 29 de junio al 25 de julio, del 26 de julio al 23 de agosto, del 24 de agosto al 20 de septiembre, del 21 de septiembre al 18 de octubre, del 19 de octubre al 15


de noviembre, del 16 de noviembre al 6 de diciembre (informe especial con ocasión del Día de Acción de Gracias) y del 23 de noviembre al 20 de diciembre. Alrededor del 93% de los más de


15,000 hogares de ancianos del país enviaron datos para cada período informativo. El análisis se concentra en cinco aspectos principales de los impactos de la COVID-19 —casos entre


residentes, muertes de residentes, suministro de PPE, casos entre empleados y escasez de personal— y da cuenta únicamente de los hogares de ancianos certificados a nivel federal, a


diferencia de otras fuentes que abarcan todos los centros de cuidados a largo plazo (entre ellos los centros de vida asistida, de vida independiente y de cuidados para la memoria). Esta es


la cuarta entrega de una serie de análisis mensuales realizados por AARP. Se publicará un análisis actualizado el próximo mes, a medida que se disponga de nuevos datos federales.