Cómo evaluar y mejorar tu equilibrio


Cómo evaluar y mejorar tu equilibrio

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Larry Armwood, un detective de la policía de 52 años, acudió al consultorio de Atanelov después de que tuvo un derrame cerebral en el 2019. En ese entonces, tenía muy poca capacidad


funcional en todo el lado derecho del cuerpo, desde el ojo y la oreja hasta el pie. “Fue casi como si se me hubiera paralizado todo el lado derecho”, dice. Tenía problemas para caminar,


permanecer de pie y mantener el equilibrio, y no podía levantar objetos. Armwood participó en un programa integral de rehabilitación con varias sesiones de fisioterapia y terapia ocupacional


todas las semanas. Además de los ejercicios físicos, entre otros tratamientos, le inyectaron Botox para relajar los músculos, se paraba sobre una plataforma vibratoria para mejorar su


neuropatía y usaba un cepillo terapéutico para estimular la sensación en los nervios. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more Entretenimiento


offers > “Me ayudaron a recuperarme a más o menos un 98%”, cuenta Armwood, quien vive en Parkville, Maryland. Regresó al trabajo hace un año, anda en su motocicleta, y puede correr dos


millas y hacer 50 flexiones de pecho. “Me enfoco mucho en mis metas”, dice. PRESTA ATENCIÓN AL EQUILIBRIO Y A LAS CAÍDAS Si te das cuenta de que arrastras los pies, andas más despacio que


tus amigos y se quedan esperándote, o estás empezando a tropezarte o los pies se te enredan en las alfombras o en otras superficies, tal vez te deberías hacer una evaluación, señala Vincent.


Según Atanelov, el equilibrio puede ser otra pista. Si te has caído dos veces en un año, o si sufriste una caída con lesiones, esa es una señal. También lo es si usas bastón o andador para


caminar. “Si crees —o mejor aún, si tu cónyuge, tus amigos o tus familiares creen— que tienes problemas de equilibrio, eso significa que los tienes”. Aconseja que no dudes en buscar ayuda. 


“Existe un estigma entre los pacientes desde el punto de vista psicológico”, dice Atanelov. “No quieren enfrentarse a la realidad de que de hecho tienen problemas de equilibrio [...].


Cuentan que tienen miedo: ‘Ahora mis hijos pensarán que estoy viejo, o me internarán en un hogar de ancianos, o me harán usar un andador’”.