La macarena parte hacia el rocío con una ciudad engalanada y el corazón lleno de esperanza


La macarena parte hacia el rocío con una ciudad engalanada y el corazón lleno de esperanza

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04/06/2025 ACTUALIZADO 05/06/2025 A LAS 12:51H. El CAMINO DEL ROCÍO PARA LA HERMANDAD DE LA MACARENA comenzó con temperaturas inusualmente frescas tras el sofocante calor de la semana


anterior. Al amanecer, el REPIQUE DE CAMPANAS DE LA PARROQUIA DE SAN GIL anunciaba el inicio de la misa de romeros, marcando el comienzo de la jornada. La plaza de San Gil lucía radiante,


engalanada con banderas y guirnaldas colocadas por el grupo joven de la hermandad, que en los días previos también había repartido cartelería entre los vecinos para invitarles a decorar sus


balcones al paso de la carreta. Un AMBIENTE DE FIESTA Y DEVOCIÓN ARROPABA así la salida de los romeros hacia la aldea almonteña. LA HERMANDAD CONTINÚA CRECIENDO AÑO TRAS AÑO, con un notable


aumento de peregrinos y caballistas, que en esta ocasión rondan los 60. Con un fuerte compromiso hacia sus hermanos y hacia quienes hacen el camino sin pertenecer a ninguna organización, la


corporación ha dispuesto un carro de apoyo, gestionado por la alcaldía de carretas, con el fin de ofrecer agua y descanso a los romeros más vulnerables, un gesto que les engrandece. Además,


HAN HABILITADO AUTOBUSES TANTO EL MIÉRCOLES COMO EL JUEVES PARA FACILITAR LA PARTICIPACIÓN DE AQUELLOS HERMANOS QUE NO PUEDEN REALIZAR EL CAMINO COMPLETO A PIE O A CABALLO. Más de 100


personas harán uso de este servicio, que permitirá incorporarse al cortejo desde distintos puntos, como el terreno de la hermandad en el arco de la Juliana o desde la sede canónica en la


Macarena, con recogida posterior en Villamanrique. A ESCASOS MINUTOS DE LAS OCHO DE LA MAÑANA, EL SIMPECADO ASOMABA POR LA PUERTA TRASERA DEL TEMPLO MIENTRAS LA PLAZA, ENGALANADA PARA LA


OCASIÓN, SE LLENABA DE EMOCIÓN. El coro comenzaba a entonar el clásico: «Ya va a salir, ya va a salir, al cielo suben cohetes, ya se escucha el tamboril, ya va a salir, ya va a salir, esa


carreta de plata, mi simpecado verde y oro y con su Virgen de marfil». Así comenzaba el camino la carreta del añorado Juan Borrero, que rodeaba la parroquia de San Gil entre cantes y


vítores. La escena se acompañaba del sonido inconfundible de la banda de la Oliva de Salteras, que por segundo año consecutivo ponía música al paso de la hermandad con sevillanas, pasodobles


y alguna que otra marcha, creando un ambiente de emoción y alegría en los primeros compases de la jornada romera. Mientras tanto, la vida cotidiana se entrelazaba con el fervor rociero:


vecinos de más edad se acercaban a ver las carretas antes de hacer sus mandados; niños y jóvenes madrugaban para contemplar la salida antes de ir al colegio; y los adultos, camino del


trabajo, se detenían unos minutos para no perderse el instante. El barrio se convertía así, una vez más, en el escenario de una tradición que emociona y une. Uno de los momentos más


especiales, como es habitual, se vivió a la llegada a la basílica de la Macarena. Mientras en la calle se rezaban oraciones y se coreaban vivas, muchos peregrinos de la hermandad se


adentraban en el templo para encomendarse a la Virgen de la Esperanza y al Señor de la Sentencia, pidiendo por un buen camino. Era una despedida breve pero sentida, una parada obligada para


dejar promesas, agradecimientos o silencios compartidos ante sus titulares antes de emprender la marcha hacia la aldea. A partir de ahí, la comitiva comenzaba a ganar ritmo. La hermandad


debía adelantar el paso en su salida de la ciudad por el entorno del Cachorro, ya que debía dejar paso a Triana, que tiene previsto realizar su presentación ante la Blanca Paloma en la


jornada del viernes. Mientras tanto, muchos peregrinos se adelantaban para desayunar: olía a café, a anís, a calentitos y a tostadas. El ambiente matutino se mezclaba con la emoción del


camino. La carreta del simpecado, por su parte, cruzaba ante un edificio especialmente engalanado, entre Antonio Susillo y Relator, en plena calle Feria, donde se rendía homenaje y pleitesía


al simpecado en un acto cargado de simbolismo. Era el instante de la despedida: la hermandad se marchaba, dejando atrás su barrio, arropada por las emociones de quienes la vieron partir. La


hermandad seguía a paso rápido por la calle Correduría, cruzando la Alameda de Hércules en dirección a la basílica del Gran Poder y la parroquia de San Lorenzo, acompañada en todo momento


por la música de la banda de la Oliva de Salteras, que no dejó de poner sones de alegría y devoción. Los siguientes puntos de su itinerario urbano fueron la iglesia de Santa Rosalía, el


colegio de las Esclavas y la parroquia de San Vicente, enclaves que se han convertido en momentos especiales y esperados del camino del Rocío para la Macarena. La comitiva prosiguió por la


Puerta Real, tomando después Marqués de Paradas y plaza de Armas, completando ese trayecto en menos de dos horas. Ya en la otra orilla, cruzaron el Guadalquivir por Chapina y se detuvieron


ante la basílica del Cachorro, en un acto especialmente emotivo este año, pues el crucificado acaba de regresar de Roma, tras haber presidido el Jubileo de las Cofradías. La hermandad


alcanzará el terreno de La Juliana, donde pasará la primera noche, tras realizar el tradicional sesteo en Bormujos. Esta corporación, en continúo crecimiento, estrenará este jueves su nuevo


terreno en Villamanrique de la Condesa, el arco de la Victoria, a bendecir en la citada jornada en la eucaristía prevista a su llegada a esta zona. Reportar un error