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La REAPERTURA DE LA MINA DE AZNALCÓLLAR HA TRAÍDO UN CONSENSO INUSUAL al ámbito político. El pequeño municipio de apenas 6.000 habitantes ha sido protagonista de escenas de otro tiempo. La

familia de un alcalde de Izquierda Unida abrazada a políticos del PP, ... un sacerdote apelando a la lucha obrera y al corazón de una sociedad que NO HA PERDIDO EL ARRAIGO A LA MINA DESPUÉS

DE CASI 25 AÑOS SIN ACTIVIDAD. El Ayuntamiento fue el lugar de peregrinación de decenas de vecinos cuando vieron llegar los coches oficiales del consejero de Industria, Energía y Minas,

Jorge Paradela, acompañado de varios miembros de su Departamento. La escueta convocatoria que hablaba de visita institucional ya hacía sospechar que había novedades. Para recibirlos estaba

Juan José Fernández, alcalde de IU, en su día sindicalista de Comisiones Obreras, pero ante todo, UN FÉRREO DEFENSOR DE LA MINERÍA. LA SENSACIÓN EN EL PUEBLO ES DE INCREDULIDAD. Después de

tanto tiempo y trámites, nadie se cree del todo que la mina reabrirá en breve. «Será verdad, Loli?», le preguntaban desde un balcón a la esposa del alcalde, que también ha sido un brazo

activo de la lucha. «Ya era hora de que se acordaran de Aznalcóllar», gritaba otra de las vecinas, que se marchó corriendo para contarle la buena nueva a un familiar. El anuncio se hizo en

el Salón de Plenos del Ayuntamiento, donde se encontraban todos los concejales de la corporación y también algunos MINEROS JUBILADOS QUE ESTABAN VISIBLEMENTE EMOCIONADOS. «Es un día

grandísimo para mí, mi corazón late igual que va a latir la mina», explicaba Rafael Gallardo, un vecino del pueblo que trabajó durante más de 25 años como conductor en una de las empresas

asociadas al yacimiento. FUEGOS ARTIFICIALES A PLENA LUZ DEL DÍA A pesar de estar a plena luz del día, a media mañana estallaron los fuegos artificiales. Tras ello, el padre Ignacio del Rey,

que tenía apenas seis años cuando el vertido tóxico alcanzó el Parque Nacional de Doñana, arrastró a varios vecinos y a todas las autoridades políticas hasta la parroquia de Nuestra Señora

de Consolación para dar las gracias. En los bares, las conversaciones giraron en torno a LAS OPORTUNIDADES LABORALES que supondrá este nuevo yacimiento, que prevé extraer minerales durante

al menos dos décadas. «Es una oportunidad como ninguna otra para los jóvenes del pueblo», explicaba Natalia. Recuerda que, aunque las actividades agrícolas han tenido mucho peso en el

municipio, EL CIERRE DE LA MINA FUE UN MAZAZO PARA MUCHAS FAMILIAS: «era empleo muy bien remunerado». «Esperemos que ahora lo vuelva a ser, al final el cierre se notó muchísimo y MUCHA GENTE

DE MI EDAD SE TUVO QUE IR DE AQUÍ COMO YO MISMA», asegura. Espera que las próximas generaciones no se vean obligadas a marcharse y que puedan encontrar una oportunidad laboral en

Aznalcóllar en algunas de LAS INDUSTRIAS QUE SUELE ATRAER UN YACIMIENTO DE ESTAS CARACTERÍSTICAS. Otros exmineros tuvieron palabras de recuerdo para aquellos compañeros que han fallecido sin

poder llegar a ver la reapertura. Aquella fatídica catástrofe de 1998, les UNIÓN PARA SIEMPRE EN LA LUCHA POR CONSERVAR LA ACTIVIDAD EXTRACTIVA EN EL MUNICIPIO. A todos ellos, el alcalde

les aseguraba que está preparando una gran fiesta para celebra que «EL CORAZÓN DE AZNALCÓLLAR VUELVE A LATIR».