Qué relación hay entre las enfermedades de la piel y las emociones


Qué relación hay entre las enfermedades de la piel y las emociones

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_Pregunta: Mi hijo de 17 años tiene una enfermedad de la piel: le salen forúnculos en la cara, espalda y el pecho que le deja unas marcas feas. Evita salir y vive en su cuarto para que no lo


vean. La dermatóloga le recomendó que haga terapia. Agradecería una explicación._ Eleonora G. de Y., La Plata. La piel es la frontera que nos separa del mundo exterior y ES EL ÓRGANO MÁS


GRANDE DEL ORGANISMO si se calcula que en un adulto tiene una extensión de dos metros cuadrados y pesa alrededor de seis kilos. Durante la gestación, tanto la piel como el sistema nervioso


SE ORIGINAN EN UNA MISMA CAPA DE CÉLULAS embrionarias, llamada ectodermo. Esta procedencia común, y el hecho de compartir múltiples sustancias químicas, explican la íntima y permanente


relación que ambos tendrán en el transcurso de la vida. Es decir, que LA PIEL Y EL CEREBRO SON HERMANOS embriológicos. Por este motivo, es que LA PIEL ES MUY REACTIVA A LAS EMOCIONES, ya sea


el miedo (“estaba blanco como un papel”), la vergüenza (“colorado de vergüenza”), la ansiedad (“empapado por los nervios”) o la ira (“violeta por la bronca”). En rigor, funciona como un


sofisticado termómetro que registra la intensidad de nuestras emociones y es una superficie que las revela de manera indirecta CUANDO NO SE LAS EXPRESA POR LAS VÍAS DEL LENGUAJE. CASI EL 50%


DE LOS PACIENTES QUE ACUDEN AL DERMATÓLOGO PADECEN ALGÚN TRASTORNO EMOCIONAL o psicológico asociado, aunque no está plenamente demostrado que la mente origine los cambios de la piel. En la


mayoría de los casos, lo emocional es un poderoso factor desencadenante, que SE SUMA A LA PREDISPOSICIÓN GENÉTICA, al ambiente y al estilo de vida. En una nota publicada por Eugene Farber en


el_ Journal of de American Academy of Dermatology_ sobre una investigación en 6.800 pacientes, casi en el 40% de ellos la ansiedad, el estrés, la depresión, problemas conyugales y


económicos FUERON DESENCADENANTES DE PSORIASIS. Aunque LA POLÉMICA DEL ORIGEN PSICOLÓGICO DE LAS ENFERMEDADES DE LA PIEL SIGUE ABIERTA, sin dudas se genera un círculo vicioso, ya que las


lesiones de la piel afectan al sistema nervioso y los nervios afectan la piel. Cuando las lesiones de piel son visibles (eczema, acné, psoriasis, vitíligo) producen, además, UNA REPERCUSIÓN


NEGATIVA EN LA IMAGEN CORPORAL DEL INDIVIDUO, en su bienestar y en su adaptación social. Es muy común que los ADOLESCENTES QUE TIENEN ACNÉ PADEZCAN DE ANSIEDAD, depresión o fobia social y en


un 10% de los casos presenten a futuro secuelas psicológicas crónicas aunque el acné desaparezca. El estrés prolongado, la angustia, los temores, la tristeza, PRODUCEN EFECTOS NEGATIVOS


SOBRE EL ORGANISMO Y LA PIEL no se libra de ellos. > La piel es muy reactiva a las emociones, ya sea el miedo (“estaba > blanco como un papel”), la vergüenza (“colorado de > 


vergüenza”), la ansiedad (“empapado por los nervios”) o la > ira (“violeta por la bronca”). > Norberto Abdala, médico psiquiatra Estos estados emocionales aumentan el nivel de cortisol


y adrenalina, hormonas que, como en una cascada, alteran los niveles de otras (tiroideas, estrógenos y testosterona) y éstas afectan la piel directamente. A título de ejemplo, las glándulas


sebáceas de la piel se encargan de producir cierto nivel de grasa, (que permite humectarla y protegerla de agentes externos que puedan lesionarla), lo cual está bajo control de la hormona


testosterona, en ambos sexos. Cuando POR UNA SITUACIÓN DE ESTRÉS SE ALTERAN los niveles de esta última, se genera una sobreproducción de grasa cutánea lo que predispone a la aparición de


acné. Las inscripciones del SUFRIMIENTO NERVIOSO EN LA PIEL NO SIEMPRE DESAPARECEN fácilmente, incluso muchas veces las marcas perduran para siempre. Algo así como un “tatuaje” emocional.