Pero se quieren


Pero se quieren

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SE quieren. Y eso es bonito. Lo ha dicho el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo. Ahí es nada, que después de la crisis de gobierno, a raíz del asunto de la Corrala


Utopía, el pacto entre ellos y el PSOE ha salido fortalecido, de lo cual se deduce que van a seguir viviendo en pareja hasta el final de la legislatura. Por si acaso, ha aclarado que, si


alguien provoca la ruptura, será quien pague el pato. Con esto queda claro que IU está dispuesta ¡y tan dispuesta! a seguir cogobernando con los socialistas. Sobre todo después de ese


frustrado golpe de autoridad de la presidenta de la Junta, lo que, para ellos, ha evidenciado que puede haber amagos, desencuentros y peleas, o peleíllas, pero que, como en las parejas que


se quieren de verdad, el amor puro supera las cumbres. El amor, no el interés. A todo esto, uno saca la modesta conclusión de que IU lo tiene claro. Han superado, por ahora, el momento más


crítico de su relación con ese paso atrás de la presidenta. Eso lo consideran un éxito que, además, les da la pista de que cualquier pulso en el futuro, que lo habrá, no va a desencadenar


una ruptura definitiva. Probablemente, en alguna de las reuniones que celebraron los socios hace un par de semanas, se puso sobre la mesa el recuerdo de la famosa pinza, como adelanto de lo


que podría pasar en caso de que hubiese elecciones anticipadas y nadie obtuviese la mayoría absoluta. Hay quien dice que también se habló, de cara a un futuro relativamente próximo, después


de las generales del año que viene, que no conviene que se estropee ese experimento de gobierno conjunto de la izquierda, que se está llevando a cabo en Andalucía, por si pudiese ser


repetible a escala nacional. De todas formas, IU no renuncia a la confrontación parcial en asuntos menores. No se ponen bordes, por ejemplo, en el supuesto gran fraude de los cursos de


formación, porque eso puede ser grave. Pero no han ahorrado críticas ni reproches a la actuación de la RTVA en el tratamiento informativo de la crisis. Dicen que ha estado manipulada a favor


del PSOE, y que nadie, ni periodistas de la casa, ni tertulianos, han defendido la actuación de su consejera, Elena Cortés. O sea que, otra vez la culpa es del mensajero y, en este caso


según ellos, no son mensajeros sino mandados. Pues vale, pero lo bonito es que se quieren.