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Viernes, 6 de junio 2025, 00:20 | Actualizado 09:16h. Comenta Compartir En la noche de ayer, Fuente Vaqueros volvió a vestirse con la sombra que proyecta la figura de Federico García Lorca,

su nativo más universal. Hay opiniones para todos los gustos. Hay incluso quien dice que anoche fue la quincuagésima edición del '5 a las 5', el acontecimiento que conmemora cada

año el nacimiento del poeta. Si se cuenta como tal la celebración de 1975, en los últimos estertores del régimen franquista, es posible. Pero la primera celebración en la tierra que vio

nacer al autor de 'Romancero gitano' tuvo lugar al año siguiente, por lo que la de anoche fue la edición cuadragésima novena de esta fiesta, a la que, por cierto, volvió Laura

García Lorca tras unos años de ausencia. Polémicas temporales aparte, lo cierto es que los lorquianos de pro, independientemente de quién gobierne en las instituciones organizadoras,

peregrinan cada año a la vega para rendir homenaje a García Lorca con el mismo espíritu reivindicativo de su figura que tiñó aquella primera celebración de 1976. Y que la entrega del premio

'Pozo de Plata', que reconoce a figuras que han ocupado un lugar importante en la divulgación de su obra, se convierte en un acto siempre entrañable y cargado de contenido. Este

año, el personaje que ha recibido la distinción es el cantautor berciano Amancio Prada, figura indiscutible de la traslación de la poesía a la música en nuestro país. Pocos tan lorquianos

como él, como se encargó de recordar en un discurso improvisado y narrado con esa misma voz única con la que canta sus canciones. Granada presume además de contar con una buena legión de

'amancistas' que le siguen fielmente en todas sus comparecencias –en los últimos años, en el Auditorio Falla, coincidentes con el Festival de la Guitarra que dirige Vicente Coves–

y que también peregrinaron anoche para escucharle. En el discurso con el que acompañó la entrega del galardón, el presidente de la Diputación Provincial, Francis Rodríguez, quiso, en primer

lugar, ponderar los méritos de Prada. «A tu brillantez para unir música y poesía engrandeciendo y difundiendo aún más la obra de Federico García Lorca, transcendiendo épocas y fronteras,

uniendo la universalidad de los versos de Federico con la música», dijo. Destacó igualmente una carrera en la que discos como 'Sonetos del amor oscuro' y 'Sonetos y

Canciones', siempre ha mantenido la genialidad en su esencia, marcada por una sensibilidad y profundidad únicas. «Has llevado a Lorca por los escenarios más importantes del mundo como

uno de los grandes creadores contemporáneos convirtiéndote, además, en un gran embajador», añadió. DE NIÑO A GENIO A renglón seguido, incidió en la historia personal de Federico, y designó a

Fuente Vaqueros como cuna del poeta y cuna de la cultura. «Este es un día cargado de emoción donde un Lorca niño comenzó a sentar las bases de su genialidad. Por eso, hoy recordamos al

poeta, al genio, al hombre y a nuestro granadino más universal. Motivo de orgullo y bandera de Granada. Aquel 5 de Junio de 1898, Lorca nació para quedarse siempre entre nosotros, y nuestra

responsabilidad y obligación es sumar para que su legado, su obra y su memoria sigan vivas». También repasó Rodríguez la actualidad relacionada con la gestión del legado lorquiano en Fuente

Vaqueros y el resto de la provincia. Al respecto, afirmó que el ente que preside ha puesto en marcha un nuevo programa a través del cual se está acercando la obra y vida de Federico a los

escolares de toda la provincia. «Cerca de un millar de alumnos de primaria han pasado ya por esta casa para conocer de una manera más cercana a nuestro poeta», dijo. Del mismo modo, destacó

el hecho de que el arabista, escritor e investigador Juan Castilla Brazales –quien ejerció como presentador del acto– ha tomado las riendas del Patronato García Lorca. «Con una trayectoria y

experiencia profesional intachable, se ha abierto una nueva etapa ilusionante para esta institución», dijo. Además, anunció que se sigue avanzando en la ampliación del Museo Casa Natal,

«que será un espacio museístico de primer nivel dando un paso de gigante en un momento en el que se está apostando por la cultura con mayúscula». ENTRE LOS CHOPOS DE LA VEGA DEL SIL Y LA DEL

GENIL, EL LLANTO DE LA GUITARRA Antes de subir a recoger el galardón y del concierto con el que se cerró la noche, Amancio Prada estampó su firma en el libro de honor del Centro, donde

también firmaron quienes le precedieron en el honor de ser Pozo de Plata, así como los visitantes ilustres. Su dedicatoria es un texto que tituló 'Federico', y que reza así: «Yo sé

que no has muerto. Que hay un establo de oro en tus labios que ha fecundado mi canto. Que eres el pequeño amigo del viento oeste que le dio alas a mi voz y a los chopos del Sil, que te

mandan recuerdos. Y que a la sombra inmensa de tus lágrimas te seguiré cantando. A Federico, en su casa viva, con la tinta del Sil y la música del aire». Tras la firma, autoridades y el

propio Prada acudieron a ver la exposición 'Emilia Llanos. El arte de la amistad'. Esta se basa, como su homóloga de Valderrubio, inaugurada hace un mes, en la relación que

mantuvieron el poeta y su 'no-novia', su amiga entrañable y su musa. Como en la del Valderrubio, la inmensa mayoría de los objetos expuestos pertenecen a la colección de José

Javier García Montero, comisario de la muestra junto a Lola Manjón. Decenas de cartas, libros, fotos e incluso algunos de los muebles de Emilia estarán en la Sala Granero durante los

próximos diez meses, cerrando ese círculo de amistad sincera que se abrió entre ambos. La palabra y la música rompieron la noche de cuarto creciente. A lo largo de casi una hora, Prada

ofreció un recital pleno de facultades, que comenzó, como no podía ser de otra manera, con 'La guitarra', a la que siguieron otras canciones como 'Soneto gongorino',

'Gacela del recuerdo', 'Salutación elegíaca a Rosalía de Castro', 'Nocturno do adolescente morto' o 'A Mercedes en su vuelo'. No cupo más goce.

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