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Un único equipo logró el ascenso a Primera división vía 'play off' pese a llegar a las dos últimas jornadas fuera del mismo, como le ... pasa ahora al Granada: el Rayo Vallecano en

2021. El equipo que por entonces dirigía Andoni Iraola había desperdiciado una ventaja de seis puntos sobre el Girona al pasarse cinco partidos sin ganar, pero dos victorias le llevaron a

empatar con el Sporting y ya solamente le hizo falta vencer en Castellón -precisamente- para desbancar a los gijoneses, que apenas rascaron punto. El Rayo subió al tumbar al Leganés y al

Girona pese a caer con el Lugo que se jugaba la permanencia en Vallecas por la clausura del campeonato mientras el Sporting perdía con el Almería en El Molinón. «Lo que más nos costó fue

precisamente entrar en el 'play off'», reflexiona ahora Alberto García, capitán de aquel Rayo que terminó cediendo la titularidad bajo palos al ahora granadinista Luca Zidane por

una grave lesión en la rodilla izquierda que terminó por retirarle al final de aquella campaña, algo que le permitió centrarse «en el sentir colectivo más allá del rendimiento individual»

durante esas semanas. «Éramos aspirantes al ascenso desde el principio pese a tratarse de nuestra segunda temporada en Segunda porque mantuvimos el bloque, pero sentíamos que no habíamos

estado a la altura hasta que se nos abrió una oportunidad. Ni siquiera estábamos jugando bien, pero de las dudas pasamos a la ilusión», recalca. «La gente habla siempre de la importancia de

llegar en buena dinámica al 'play off', pero en el fútbol no hay una dinámica que se repita siempre», advierte el excapitán del Rayo Vallecano, ahora comentarista de LaLiga. «Con

todo, hay dos formas de meterse: tras quedarse a las puertas del ascenso directo, y con ese chasco después de una temporada tan larga, o como invitado a la fiesta y con el deseo de competir

cuatro partidos más», sintetiza. «Los que realmente tienen el afán por jugar la promoción suelen rendir mejor, porque las clasificaciones quedan en un segundo plano más allá del factor

campo», indica. «NINGUNA CUENTA SE CUMPLE» Acerca de las cábalas habituales en estos tramos de competición, Alberto García sostiene que «el tiempo enseña que nunca se sabe dónde están los

puntos que acercan el objetivo». «Ninguna cuenta termina cumpliéndose en la realidad, y a veces se hace muy difícil centrarse en uno mismo porque los equipos desean en ocasiones que los

deberes se los hagan otros», confiesa. Con todo, advierte que «la capacidad de respuesta de quienes entran al 'play off' tras el desconsuelo de no subir marca la fortaleza del

grupo». «Nosotros, por ejemplo, sufrimos muchas lesiones durante el curso pero en la promoción tuvimos más convicción que nunca antes, de ahí que incluso remontásemos la final en Girona»,

rescata.