'mars generation': el espacio no está de moda


'mars generation': el espacio no está de moda

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VALÈNCIA. GATO POR LIEBRE. Eso nos ha dado Netfix con _Mars generation_, un documental sobre un hipotético futuro viaje a Marte. Por la sinopsis y la portada, parecería que el reportaje va


sobre un plan específico o una misión concreta de la Nasa, pero no se trata de eso. Es una serie de entrevistas y vídeos sobre un grupo de chavales en un campo de la agencia espacial


haciendo ejercicios y monerías que, en teoría, les serán útiles si fuesen elegidos para viajar al planeta rojo.  Para lo que sí sirve este vídeo es para poner de manifiesto que el espacio ya


no está de moda, como dice uno de los chavales de estos campos o campamentos. Cuando el oficial de las SS WERNHER VON BRAUN salía en un programa de Disney explicando cómo serían los viajes


por el cosmos, una generación se flipó con el asunto sobremanera. Ahí comenzó el auge de la ciencia ficción, en cine, televisión, cómic y novelas. No olvidemos la gran serie, un tanto


tediosa por el ritmo a día de hoy, _Espacio 1999_, en qué fecha situaban una colonia de 300 científicos trabajando en la luna ¡hace dieciocho años! Ahora ya no existe esa emoción o ese


anhelo ni de lejos. Como señalan en el reportaje, disfrutamos todos los adelantos de la tecnología que se han desarrollado gracias a la conquista del espacio, pero sin ser conscientes de que


se lo debemos a ella. La telefonía móvil, las cámaras de los smartphones, la evolución de los ordenadores, todo, se lo es gracias a la tecnología desarrollada para ir al espacio en general


por soviéticos y americanos y buena parte al programa Apolo estadounidense. Sin estas campañas, sentencian, la vida humana retrocedería un siglo.  Por este motivo, el documental trata de


subrayar que todo dólar invertido en misiones espaciales se recupera con creces en otros proyectos. Sin embargo, está extendida en la actualidad la creencia, afirman, de que ir al espacio no


vale para nada. Que es un derroche de fondos. De hecho, por no saber, "pocos americanos saben que cogimos un nazi" para desarrollar la industria espacial, aduce un representante


de la NASA jocosamente.  Lo que viene a explicar _Mars Generation_ es que cuando los soviéticos iniciaron su carrera espacial, los estadounidenses se sintieron "aterrados". Y la


respuesta fue la llegada de un hombre al satélite con los famosos discursos de KENNEDY: "Elegimos ir a la Luna y hacer las otras cosas en esta década. No porque sea fácil, sino porque


es difícil". Ese rollo de superación tan propio de allá.  NINGUNEO A LOS SOVIÉTICOS  En la URSS, aunque no se mencione, ocurrió un fenómeno análogo. El espacio se convirtió en una


religión. Los soviéticos habían enviado al espacio el primer satélite, el primer animal, el primer hombre y la primera mujer. E incluso, el primer robot. El Luna 9 logró alunizar en 1966,


tres años antes del Apolo XI americano, que fue el que se llevó el mérito por eso de poner un pie humano en la luna, daba mejor marketing una persona que un robot, pero de justicia sería


señalar más habitualmente que la URSS fue la primera en alunizar.  La economía soviética se estancó poco tiempo después y la región que ocupaba entró en una crisis permanente desde los años


90. Su programa espacial se mantuvo, pero sin espectaculares avances. Los americanos, sin embargo, pudieron continuar con sus planes, pero Nixon sentenció que había llegado la hora de


disfrutar en la Tierra la tecnología que se había desarrollado para llegar al espacio. Lo que siguieron fueron transbordadores espaciales que se pretendían que llegasen a ser comerciales y


rentables. De 1975 a 2011, apunta el documental, aquello no fue otra cosa que un "sumidero financiero". RONALD REAGAN, EL TIPO DURO Un detalle llamativo en este punto es cuando


aparece RONALD REAGAN tras la explosión del Challenger en pleno despegue en 1986. El presidente quiso dar un mensaje por televisión a los niños estadounidenses: "el futuro no es para


los débiles". Visto con la mentalidad actual, hace falta ser psicópata para decirle eso a los críos.  Otro punto cómico es el enfado que tienen los entrevistados por el hecho de que


recientemente la NASA alquilara a los rusos el Soyuz para poder ir a la Estación Espacial Internacional. Está claro que el documental está destinado al público americano y muy americano. Los


científicos de la agencia salen indignados. Muy enfadados. Se pagaron 70 millones de dólares, lo cual consideran una cifra ridícula, y se sintieron humillados. Ni cooperación por la paz en


el mundo, ni armonía entre los pueblos ni debilidades de esas que no le gustaban a Reagan. Nacionalismo americano en vena.  Hay uno que frisa el ridículo. Dice: "¿Qué ocurrirá si de


repente pasa algo y tenemos que salir del planeta y para eso dependemos de los rusos?". Está claro que con este reportaje lo que se busca es agitar un poco las conciencias locales y


crear una opinión pública más favorable a las inversiones públicas en la NASA. El sentido común lo dejan para otra ocasión.  "NERDS ARE THE NEW COOL" Por otro lado, los


protagonistas verdaderos del documental son los chicos que salen haciendo experimentos en estos campos de la agencia espacial. Buscan métodos para convertir orina en agua con más facilidad.


Crean robots y compiten entre ellos. Los programan. Intentan lanzar un huevo por los aires y que aterrice intacto en una cápsula que le proteja.  Todo eso está muy bien, el problema viene


cuando explican que en el instituto sufrieron bullying, que la gente quería hacer trabajos con ellos para no dar un palo al agua y que ellos se encargaran de todo, que se sentían raros en la


escuela. Pero ahora, con colegas que también están enamorados del espacio, se sienten como en casa, todo va sobre ruedas y han desarrollado su autoestima. "Al conocer a esta gente


puedo ser yo misma", dice una chica.  Una visión un tanto deprimente que todos los que aparezcan se califiquen de "nerds" y tengan asumido que no tienen un sitio en la


sociedad que no sea el de excluirse y centrarse en la ciencia. En mi opinión, el efecto que consiguen con esto es el contrario.  VAMOS A MORIR TODOS Y para terminar, no faltan los avisos a


navegantes. Pronto el planeta será inhabitable, advierten. Ya dan por hecho que nos lo vamos a cepillar y habrá que huir a otro. Marte, por lo pronto, con una atmósfera de CO2 y sin ozono


que nos proteja de los rayos ultravioleta parece una opción estupenda, maravillosa. Yo igual me centraría todavía un poco en intentar salvar el que tenemos, pero bueno. Este documental lo


que queda es circunscrito a esa amplia tendencia extendida a día de hoy de anunciar el apocalipsis. Al menos, en este caso, con un noble pretexto: pedir pasta.