Ratzinger y la fe como camino - vatican news


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ANDREA TORNIELLI Si hay un teólogo y un Papa que a lo largo de su vida reflexionó y enseñó sobre la razonabilidad de la fe, éste fue Joseph Ratzinger. No es casualidad que también hablara de


ello en las últimas líneas de su testamento espiritual, hecho público el día de su muerte: "He visto y veo cómo de la maraña de suposiciones ha surgido y vuelve a surgir lo razonable


de la fe. Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todos sus defectos, es verdaderamente su cuerpo". Sin embargo, este énfasis reiterado nunca ha


significado – según Ratzinger – reducir la fe a un "sistema" filosófico, a una arquitectura de ideas, a una lista de normas morales, acabando por olvidar que la fe cristiana es el


encuentro con una Persona, como se lee en el prólogo de la encíclica _Deus caritas est_. En una entrevista concedida al mensual alemán _Herder Korrespondenz_, publicada en julio de 2021, el


Papa emérito observaba: _"El creyente es una persona que se interroga... En este sentido, el pensamiento de una ‘fuga hacia la doctrina pura’ me parece absolutamente irreal. Una


doctrina que sólo existiera como una especie de reserva natural, separada del mundo cotidiano de la fe y sus exigencias, representaría en cierto modo la renuncia a la fe misma. La doctrina


debe desarrollarse en la fe y a partir de ella, y no junto a ella"._ Lea también 01/01/2023 En el Ángelus de la Plaza de San Pedro, Francisco vuelve a recordar, como ya hizo en el Te


Deum y en la Misa de esta mañana, a su predecesor fallecido ayer. Pocos minutos después ... Ya como cardenal en el 2001, Ratzinger había pronunciado palabras muy claras sobre no caer en este


reduccionismo, que vale la pena volver a proponer hoy: _"La naturaleza de la fe no es tal por la cual a partir de un determinado momento se pueda decir: yo la poseo, otros no... La fe


sigue siendo un viaje. A lo largo de nuestra vida sigue siendo un camino y, por tanto, la fe está siempre amenazada y en peligro. Y también es saludable que se escape así al riesgo de


transformarse en una ideología manipulable. A riesgo de endurecernos y hacernos incapaces de compartir la reflexión y el sufrimiento con el hermano que duda y se interroga. La fe sólo puede


madurar en la medida en que soporte y se haga cargo, en cada etapa de la existencia, de la angustia y de la fuerza de la incredulidad y finalmente la atraviese hasta el punto de volver a ser


viable en una nueva época"._ La fe, como recordaba el mismo Benedicto XVI y como le gusta repetir a Francisco, sólo se transmite por atracción y no por proselitismo o por imposición.


El creyente no es el que "posee" algo que puede "administrar". El cristiano no dispensa respuestas preconfeccionadas para explicarlo todo a todos. El cristiano sólo puede


hacer reverberar alguna chispa del don que ha recibido inmerecidamente, y cuando esto ocurre es por pura gracia. Por esta razón, está llamado a buscar a Dios dialogando con todos,


haciéndose cargo de las dudas y de las heridas existenciales de los que no creen, acompañando a todos, sin considerarse jamás como que ha "llegado". Joseph Ratzinger, también en


esto, ha sido un testigo y un maestro.