La gran liquidación de pensiones


La gran liquidación de pensiones

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In English | Durante 17 años, Carl Monheit recibió el cheque de pensión mensual enviado religiosamente por su exempleador vía correo postal. Hace un año y medio, las cosas cambiaron.


El residente de Hackensack, Nueva Jersey, junto con otros miles de gerentes jubilados, supo que ya no formaría parte del plan de pensiones de Verizon. En su lugar, el gigante de las


telecomunicaciones les compró una anualidad. Si bien los importes a percibir serían los mismos, los futuros pagos provendrían de una compañía de seguros.


Es una pregunta que cada vez más jubilados y trabajadores de edad avanzada probablemente harán a medida que las empresas estadounidenses se muevan para deshacerse de las onerosas


obligaciones de pago de pensiones. Esta nueva estrategia es denominada “reducción de riesgos” (de-risking) por las empresas. Algunas firmas compraron anualidades para sus pensionados,


mientras que otras ofrecen abonarles la suma total en un solo pago en efectivo. Y otras —como hizo General Motors en el 2012— intentan una combinación de ambas modalidades: primero ofrecen


la suma total en un único pago y, luego, comprar una anualidad para aquellos que no quieren aceptar el dinero en efectivo.


Un informe elaborado el año pasado por la consultora de beneficios Towers Watson halló que el 58% de las empresas encuestadas habían ofrecido pagos únicos a sus exempleados o planeaban


hacerlo, mientras que un 38% esperaban poder transferirle las obligaciones de pago de pensiones a otra compañía dentro de los próximos cinco años.


Lynn Dudley, vicepresidente sénior del American Benefits Council (Consejo de Beneficios Estadounidense), que defiende a las empresas, dice que las pensiones son difíciles de mantener debido


a los frecuentes cambios regulatorios y a las primas cada vez más elevadas que pagan los empleadores a la Pension Benefit Guaranty Corp. (PBGC, Corporación para la Garantía de los Beneficios


de Pensión) para asegurar sus planes. “El ambiente se ha tornado hostil”, dice Dudley. “Lo que están tratando de hacer las empresas es reducir su exposición a riesgos, de cosas como la


volatilidad del mercado y los cambios en la legislación”, sostiene Deborah Chalfie, representante legislativa sénior de AARP. “En realidad, no es una reducción sino una transferencia de


riesgos”.


Esta transferencia comenzó verdaderamente en el 2012, cuando entraron en vigor los cambios a la legislación sobre pensiones, haciendo más atractivo para los empleadores el ofrecer un pago


único, comenta. Algunas empresas ofrecieron efectivo ese año, incluidas Ford Motor Co., J.C. Penney, Lockheed Martin Corp. y Archer-Daniels-Midland Corp.


Rob Austin, director de investigación de la jubilación de la consultora de beneficios Aon Hewitt, dice que el incremento de las primas de la PBGC, junto con las nuevas tablas de mortalidad


propuestas que elevan las expectativas de vida, terminarán animando a los empleadores a reducir su exposición a los riesgos asociados al pago de pensiones.


Los defensores de los jubilados están preocupados. Las pensiones tradicionales llevan años desapareciendo en el sector privado, donde solo el 16% de los trabajadores estaban cubiertos el año


pasado, contra el 35% a principios de la década de 1990, según la BLS (Oficina de Estadísticas Laborales). Esta última tendencia, sin embargo, deja a los jubilados sin protecciones


federales valiosas y aumenta sus probabilidades de sobrevivir a su dinero, especialmente si aceptan tomar un pago único y no invierten inteligentemente el dinero recibido.


“Nosotros lo llamamos ‘liquidación de pensiones’”, dice C. William Jones, presidente de la Association of BellTel Retirees Inc., de Cold Spring Harbor, Nueva York. Jones, de 75 años, es uno


de los 41,000 gerentes jubilados afectados por el cambio implementado por Verizon. Algunos de ellos están demandando a Verizon por dicho cambio. Él recibe el mismo pago mensual de siempre.


“La diferencia está en el hecho de que perdimos ciertas protecciones”, explica.


Los beneficios, por ejemplo, ya no están garantizados por la PBGC, una red de seguridad clave. Esta agencia federal asegura pensiones privadas en caso de que un empleado caiga en bancarrota,


garantizando, este año, un beneficio máximo anual de $59,318 para un jubilado de 65 o más años.


Con una anualidad, la seguridad del jubilado depende de la compañía aseguradora. Si el asegurador no cumple, cada estado tiene una asociación garante con sus propios límites de cobertura. La


cobertura máxima de por vida oscila entre $100,000 y $500,000, y sigue las normas de tu anualidad particular.


“Cada estado es un poco diferente”, dice Chalfie, de AARP. “Es un poco el Lejano Oeste”.


Tanto Verizon como GM obtuvieron las anualidades de Prudential Insurance Company of America, con sede en Newark, Nueva Jersey. “Prudential es una compañía gigantesca y muy rentable. Esto no


debería ser un problema”, señala Jones. No obstante, “como sabrás a partir de lo sucedido en el 2008, muchas compañías consideradas ‘demasiado grandes para fracasar’ incumplieron sus


obligaciones”.


Además, nada le impide a Prudential vender sus anualidades a aseguradoras más débiles, agrega Jones.


Más allá de estas preocupaciones, no todos están descontentos.


Richard Schwaller, de Novi, Michigan, dice que estaba “listo para bailar con alegría” cuando escuchó que GM estaba comprando una anualidad de Prudential. Schwaller, de 84 años, que se jubiló


de GM en 1985, dice creer que sus beneficios están más resguardados con Prudential que con la compañía automotriz, que ha desmantelado los demás beneficios jubilatorios.


“Estos son, simplemente, los tipos de transacciones para las que existe Prudential”, sostiene Dylan Tyson, vicepresidente sénior de la empresa y responsable del negocio de la transferencia


de riesgos de pensiones. Prudential ha estado en este negocio desde 1928, señala, y hasta ahora, jamás incumplió sus obligaciones para con los pensionados.


A los defensores de los jubilados les preocupan más los pagos únicos que las anualidades.


Un pensionado que recibe un pago único puede hacer malas inversiones o usar esos fondos para saldar deudas inmediatas, quedándose con poco o sin dinero para los años venideros, argumentan


los defensores. Los jubilados también podrían ser presionados para tomar el pago único por hijos que pueden heredar dinero en efectivo, pero no pensiones, o por asesores financieros ansiosos


por ganar comisiones por administrar ese dinero.


“Casi nunca resulta beneficioso para nadie el tomar un pago único y renunciar al beneficio mensual”, salvo que se trate de alguien que probablemente no vaya a vivir muchos años, sostiene


Nancy Hwa, del Pension Rights Center (Centro de Derechos de Pensión) de Washington D.C.


Jerry Rosin, de 57 años, de Menasha, Wisconsin, es uno de los 10,000 exempleados de Kimberly-Clark a los que les ofrecieron efectivo para que abandonen sus planes de pensión en el 2012.


“A primera vista, pareció algo tentador”, cuenta Rosin. Después de hacer cuentas, decidió quedarse con la pensión.


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