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El que no se enteró en su día de que aquel edificio fue noticia, difícilmente puede percatarse hoy de que esconde un pasado anormal. Es ... un bloque común y corriente de la calle Fajardo de

Pinos Puente. Los más observadores, eso sí, divisarán que debajo del primer balcón hay un inusual color negro. Es de las pocas evidencias que indican que hace dos meses y medio sucedió algo

inesperado. Es el rastro de la explosión registrada el pasado 5 de marzo, por la que un hombre fue detenido y enviado a prisión provisional. Llevó a cabo presuntamente tres explosiones más

en días consecutivos en otros municipios de la provincia, aunque la más grave, sin duda, fue la de Pinos Puente, que causó cuatro heridos por inhalación de humo. El suceso dejó una imagen

impactante. Decenas de ladrillos permanecían amontonados en el suelo, junto a una puerta y dos aparatos de aire acondicionado que salieron volando a causa de la explosión. El techo pasó de

ser blanco a negro oscuro, y el olor a quemado confirmaba que se habían vivido momentos de angustia. Sin embargo, actualmente la escena es muy distinta. La pared que saltó por los aires fue

cubierta con una placa metálica, y la puerta de entrada, que también salió volando, está restituida. Han pasado dos meses y medio desde entonces y las persianas continúan bajadas. Nadie ha

vuelto a vivir allí, según informan los vecinos y corrobora el Ayuntamiento. «Estará desalojado hasta que no garanticemos que es completamente seguro, que está saneado, pintado y no hay

ningún problema. Los vecinos volverán cuando se puedan garantizar las condiciones óptimas de habitabilidad», explica el alcalde de Pinos Puente, Enrique Medina. Dado que sigue desalojado, la

inquilina de uno de los pisos, según explica el alcalde, alquiló otro en el municipio, mientras que la familia que vive en la otra vivienda está hospedándose en casa de un familiar.

Preguntados por el suceso, los residentes en la zona admiten que la normalidad regresó al barrio cuando el presunto autor fue detenido, y desde entonces no ha habido ningún incidente más.

Varios de ellos tuvieron que recibir tratamiento médico con inhaladores durante un tiempo. Uno de ellos era un bebé de pocos meses que, días después de la explosión, empezó a respirar con

dificultad, según explicó su madre. Todo sucedió en torno a las 00.00 horas del pasado 5 de marzo, cuando muchos ya dormían plácidamente, lo que provocó que el susto fuera aún mayor.

VIGILANCIA POLICIAL La Guardia Civil reforzó su presencia en el municipio a raíz de estos hechos, tal y como adelantó el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández: «Va a haber una

investigación inmediata y también un fortalecimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado». Como resultado, pocos días después fue arrestado el presunto autor, de 45 años de

edad, que también residía en el pueblo. Está siendo investigado por la presunta comisión de un delito continuado de estragos, es decir, un delito que implica dañar o destruir bienes de una

gran importancia para el interés general. En la furgoneta que usaba para desplazarse localizaron diversos objetos inflamables, que concuerdan con los utilizados para llevar a cabo las

explosiones.